La rider canaria, especializada en olas grandes, ha fijado su residencia en la Isla para entrenar y disfrutar de su deporte durante todo el año
Las excelentes condiciones de Lanzarote para la práctica del surf han convertido a la Isla en el lugar de residencia habitual de muchos riders. Un ejemplo de ello es Laura Coviella, surfista especializada en grandes olas, que ahora cuenta con su lugar de entrenamiento diario a pocos metros de casa.
«Siempre me ha encantado la adrenalina y el surf era mi pasión, cuando descubrí que los dos podían ir juntos dije, esto lo mío.»

Laura comenzó su trayectoria en el surf un poco más tarde de lo habitual para un surfista profesional. La razón, según ella misma explica, es que “no tenía a ningún familiar que cogiera olas y la playa más cercana estaba a 45 minutos en coche”. Sin embargo, a los 12 años, en El Médano (Tenerife), sintió por primera vez las sensaciones de deslizarse sobre una tabla. Poco después, sus padres, al ver la pasión con la que Laura hablaba del mar y las olas, decidieron regalarle su primera tabla.
Ese fue solo el comienzo. Laura empezó a entrenar con Carlos García y su proyección fue muy rápida. Pero entrenar no le bastaba: “Pasaba horas y horas viendo vídeos de competiciones, y yo también quería competir”. Así, empezó a hacerse un nombre entre los participantes de las pruebas de surf en las islas, logrando su primera victoria en el circuito canario Sub-21.

«Mi primera competición internacional fue aquí en Lanzarote, en San Juan, organizado por Franito, si no me equivoco. Y ese campeonato era un sueño, la verdad.»
Lanzarote jugó un papel clave en su trayectoria, ya que fue aquí donde, a los 18 años, tuvo su primera experiencia internacional al participar en el Pro Junior WSL, un evento organizado por Franito Sáenz. “Realmente fue en ese momento cuando lo aposté todo por el surfing y supe que tendría que entrenar mucho si quería vivir de esto, y afortunadamente no me ha ido mal”, recuerda Laura. Poco después, daría el salto al circuito WSL Qualifying Series.
Pero la ambición de Laura Coviella no se detuvo ahí. Quería seguir elevando su adrenalina sobre la tabla y encontró su lugar en las olas grandes. “Siempre fui la más loca de mis amigas: me tiraba desde los sitios más altos, buscaba los lugares más peligrosos… Todo lo que ellas no se atrevían a hacer, yo lo hacía. Creo que siempre me ha gustado la adrenalina, y el surfing es mi pasión”, comenta Laura. La combinación de ambos mundos la llevó a labrarse un espacio en el big wave surfing por méritos propios. Conocer a David ‘Vilayta’ fue clave para mejorar su preparación y dar un paso firme en este apasionante reto.
Su traslado a Lanzarote responde a una decisión meditada: “Lanzarote es un lugar ideal para entrenar, por la constancia y potencia de sus olas grandes. Además, en pocos minutos puedes cambiar de spot y todos te ofrecen algo positivo. Por eso decidí venirme a vivir aquí”, explica Laura.
Mirando al futuro, Laura tiene sueños ambiciosos: “Quiero ser la primera chica en coger uno de los mejores tubos del mundo a contramano, competir algún día en el Eddie Aikau y, sobre todo, inspirar a las jóvenes riders para que vivan este mundo como yo lo estoy viviendo”. Laura resume su actual situación personal con una frase que refleja su pasión: “Estoy muy feliz de hacer cada día lo que me gusta y que, además, sea mi trabajo”.
